
OCU ha examinado 17 cremas hidratantes y estas son las conclusiones que salen de su laboratorio para despejar dudas a la hora de elegir tu crema ideal. El informe, publicado esta semana, es bastante revelador: OCU encuentra grandes diferencias de precio para una calidad similar, lo que en otras palabras quiere decir que estamos pagando por un producto inflado en el precio, bien sea porque su publicidad embelesa nuestros sentidos, porque el envase nos parece hasta decorativo; o bien porque, sin saber muy bien el motivo, somos fieles a una marca concreta.
OCU ha analizado, mediante técnicas rigurosas y aval científico, cinco características de las cremas hidratantes:
- Eficacia en la hidratación.
- Factor de protección solar.
- Cumplimiento de la legislación europea en materia de etiquetado.
- Publicidad engañosa o presencia de alegaciones innecesarias o vacías de contenido.
- Presencia de sustancias que OCU recomienda evitar.
Las conclusiones más impactantes son:
- Con lo que se paga por la última del análisis, se pueden comprar 75 tarros de la crema hidratante que obtiene los mejores resultados.
- La crema que obtiene mejores resultados es, paradójicamente, la más económica: la crema CIEN de Lidl (2,99 euros por envase).
- Aunque los resultados son “correctos” para las 17 cremas analizadas, los peores resultados son los obtenidos por LA MER (225,25 euros por envase) y DELIPLUS
De los tres puntos anteriores deducen que todos los productos mejoran la hidratación de la piel, aunque ninguno destaca mucho por encima de los demás.
Consejos para elegir una crema hidratante.

La principal recomendación de la OCU para el consumidor es que no es necesario gastar mucho para tener cremas de una calidad aceptable. Además, en su informe nos ofrece los siguientes consejos:
1. Todas las cremas hidratan y lo hacen de forma correcta. Pero hay que tener en cuenta que su efecto es sobre todo estético y sensorial. No penetran más allá de las capas superficiales de la piel.
2. No haga caso de la publicidad ni de menciones como ‘hipoalergénico’, ‘dermatólogicamente testado’, ‘con control dermatológico’ o ‘no comedogénico’. Estos términos no tienen significado legal y cada fabricante los usa a su antojo, más bien como reclamo comercial.
3. Es conveniente reconocer los conservantes que por precaución conviene evitar: El butyl o propylparaben (dos tipos de parabenos de cadena larga) y el methylisothizolinone, un conservante con elevado potencial alergénico. Aunque se usen en cantidades pequeñas y dentro de los límites permitidos, se están empezando a eliminar en muchos productos. La propia industria ha empezado a incluirlo en su publicidad
4. No hay que sobrevalorar los efectos. Para tener una piel más sana, hay que cuidarse. Evitar fumar, protegerse de los rayos del sol, llevar una dieta equilibrada y beber lo suficiente.